SALUDA SAN ISIDRO LABRADOR-

MONTAÑA CARDONES 20105

 

 

 

 

 

 

     Queridos hermanos y Vecinos de Montaña Cardones:

 

Es un honor y una enorme satisfacción para mí escribir este saluda, mediante el cual tengo la ocasión de dirigirme por primera vez a ustedes para invitarles a participar en las próximas fiestas en honor a nuestros santos patronos San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza.

Hermanos, la fiesta nos ofrece grandes posibilidades y oportunidades para poder vivir y hacer realidad el estilo de vida que Jesús de Nazaret nos llama a vivir. Un estilo y un proyecto que San Isidro Labrador asumió con gran alegría y entusiasmo y que convirtieron su vida en un canto de generosidad, compartiendo lo suyo con los demás, practicando la hospitalidad y desviviéndose por todos. Con la fiesta podemos potenciar valores como comunión, fraternidad, igualdad, familiaridad, solidaridad y lucha por la justicia.

Celebrar la fiesta de San Isidro Labrador en este año del Centenario de Nuestra Parroquia, tiene que ser un reto para todos nosotros. El reto de vivir la fe en Cristo con toda confianza como la han vivido nuestros abuelos y abuelas, nuestros padres y familiares construyendo Parroquia y creando Pueblo, poniendo toda su esperanza en Jesús de Nazaret, tal como lo había hecho San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza. El reto de asumir con Nuestra Iglesia Diocesana el Nuevo Plan de Pastoral que acaba de aprobar, haciendo nuestro su objetivo general de Revitalizar la identidad cristiana desde el encuentro con Jesús, que nos lleva a la conversión personal y comunitaria, proyectada en la dimensión misionera. No podemos olvidar que el Pueblo de Cardones no se comprende sin su identidad cristiana y su implicación con su Parroquia.

         El reto de buscar juntos, caminos que nos lleven a vivir la fraternidad. En un mundo cada vez más individualizado, subjetivo y solitario; la fraternidad cristiana es la verdadera medicina que puede salvarnos de la soledad enfermiza que padece nuestra sociedad y algunos de nuestros vecinos. El reto de salir de nosotros mismos y abrirnos al Señor y a los demás con verdad y espíritu de generosidad como San Isidro Labrador. El reto de romper las cáscaras que nos envuelven y las máscaras con que nos disfrazamos para afrontar nuestras vidas con ilusión, alegría y entrega.

Celebrar la fiesta de San Isidro Labrador debe ilusionarnos más por la Vida. Cuando hablo de Vida, quiero decir vida en plenitud, vida con sentido, vida con autenticidad, vida con valores; estoy hablando de unas vidas que merecen la pena ser vividas, estoy hablando de vivir no de sobrevivir, estoy hablando de llevar una existencia digna de tal nombre, no de una vida arrastrada, estoy hablando de hombres y mujeres con perspectivas de futuro y no de personas que andan a la deriva, sino personas con utopías, con proyectos, con fe y ganas de ilusionar.

En este año del Primer Centenario de Nuestra Parroquia, San Isidro Labrador  nos llama a la alegría, alegría con Mayúsculas, una alegría interior de una existencia auténtica, una alegría evangélica que afronta la vida con Pasión, sabiendo que la Pasión es el camino de la Resurrección, una alegría como la de Jesús que sabe dar gracias a Dios porque descubre que son dichosos los pobres y los humildes, los niños y los sencillos de corazón, que son más dichosos los que se ponen a servir que los que son servidos, que hay más alegría en dar que en recibir. Que son más dichosos y felices los que aman y saben perdonar que los envidiosos y los que odian.

 

Hermanos, San Isidro Labrador  nos invita, en este año de Gracia para nosotros y nuestro pueblo, a la alegría, a la compresión los unos con los otros; también  nos llama al amor y a la misericordia como lo hace Jesús, como lo hizo él. Si no somos capaces de amar y perdonar, difícilmente podremos trasmitir felicidad, difícilmente podremos trasparentar alegría. Y yo, como su párroco, les invito en este año del primer Centenario de la Parroquia a pasar de la euforia temporal, externa, ambiental a la alegría profunda del encuentro con el Señor, en el servicio permanente a los demás, especialmente a los más débiles y desvalidos.

Queridos hermanos de Montaña Cardones, no podía terminar esta invitación sin darles las gracias por la acogida que me han brindado a mí como su Párroco y a toda mi familia. Que Dios les siga colmando de bendiciones. Y no dejen de rezar por mí para que pueda acertar a la hora de tomar decisiones y para que Dios Padre y su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo me asistan para poder decir al abatido una palabra de aliento y un gesto de Esperanza.

Gracias a todos los agentes de Pastoral de la Parroquia, a todos los colaboradores y a todo el Pueblo de Cardones. Gracias de corazón. Cuenten conmigo como cuento con cada uno de ustedes.

 

Felices Fiestas, Paz  y alegría. Y que ¡Viva San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza! ¡Que viva Montaña Cardones!

 

Ambrosio Sebastián Abeso. Su Párroco que les quiere con locura.

 


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